La Cobija de Ares. Francisco Trejo. México. Praxis. 2013 |
Los cinco apartados del libro son: La venida del héroe, La guerra y las espadas, Los enredos del laberinto. Otros mitos amorosos y Los monstruos de las sábanas. Desde los títulos de los capítulos advertimos ya las líneas técnicas del autor, una proximidad con la mitología y la factura de los epigramistas latinos y griegos, juegos y giros del lenguaje común y contenidos eróticos y sexuales.
La precisión técnica de Francisco se advierte en el
replanteamiento de varios mitos, Ío y Hércules, Teseo y Aracné, el Minotauro, Ares y Áyax, constantes personajes de Trejo que están situados en problemáticas y con el lenguaje de un mexicano. Propone alternativas a las historias mitológicas griegas, o les da contenido a
las lagunas dentro de la cadena de acciones que componen una de esas
historias, lo mismo que rescata a los
héroes de segunda, a los soldados que se quedaron en la segunda fila, y los
enaltece haciéndolos figurar entre sus versos.
En La cobija de Ares, el tema de los desamores, amores, adulterios y gozos sexuales es,
podríamos decir, el principal motivo de sus epigramas. El erotismo en Francisco tiene sus cicatrices, algunas ya curadas y otras abiertas, y está marcado
por una mezcolanza de gozo, de placer desenfrenado y de un lastre de dolor, de
revelación. Esta revelación de los epigramas eróticos de la Cobija de
Ares, es la revelación de los monstruos, de los sinsabores y las derrotas.
Es justo que estuvieran presentes las derrotas en un libro que concibe al amor
como una batalla, como un combate, tanto dentro como fuera. Los amantes en
tensión continua entre morderse y acariciarse. La disputa constante entre los
pretendientes, la muerte inaplazable del que ama sin ser correspondido, el
derrumbe del amante ante la pasividad del sujeto amado. La espada, el escudo
como metáforas lógicas de las herramientas para el amor.
Una garantía en este libro de Francisco Trejo, será el humor,
será la ironía, la búsqueda siempre del espacio donde pueda colarse el gandul,
el gandalla, donde pueda ganar el que no gana, donde la historia pueda tener
una alternativa, y donde se pueda ver otro lado de las personas, de sus
actitudes, de sus intenciones. El derrotado
en la cobija de Ares, no siempre es el de la Historia, puede ser el héroe, el
famoso, el más aguerrido y exitoso de los hombres. Vindica de este modo, a los excluídos, a los que siempre tuvieron más sombra que cuerpo.
No es un secreto la apuesta de Francisco
Trejo por la recuperación de las tradiciones, una apuesta que nace de
convicciones no dogmáticas sino resultado de lecturas y desencantos ante la
ingenuidad de quienes muestran su búsqueda implacable por las novedades
ilusorias, por las vanguardias reverberantes. El epigrama es una línea que puede sondearse desde hace muchos siglos y en México, ha sido cultivada por muchos poetas. Aquí va un primer punto para cuestionar a Trejo: si bien es una apuesta fresca sobre el epigrama pues abona en el uso de nuevos mundos como las redes sociales, las problemáticas políticas actuales y algunos cuestionamientos sociales importantes, se sigue mirando en este libro, una muy fuerte influencia de sus predecesores en las fórmulas de elocución o en el similar uso de los símbolos.
Francisco
ensaya respuestas, ensaya persianas, para asomarse a las realidades.¿Qué es del amor ahora? ¿Qué es del sexo, de la cama? Es
necesario ser un buen observador para escribir, ser atento con el cambio de
sensibilidades, con los enfrentamientos éticos de las personas, ser
cuestionador e irreverente, y ésta será una manera de sondear las posibilidades
de estar en el mundo.
Hernán Lara Zavala, nos recuerda que el sexo y la obscenidad
tienen algo en común con la risa y el humor y que constituyen un elemento
catártico indispensable para el ser humano ya que con frecuencia lo conducen a
un conocimiento más intenso de sí mismo. Lo que hace Francisco con sus
epigramas es indagar, valerse de la memoria y sus experiencias para representar
lo burdo de los burdeles, lo oscuro de los ósculos, los abrasivo de los abrazos y lo monstruoso de los afectos.
Francisco, siendo congruente y honesto con lo que de su
lengua puede nacer, sea viperino o iluminador, no se censura, se pule en su
sarcasmo. La sabiduría trasciende la moral, pero la enfatiza. Henry Miller dice
que una de las grandes diferencias entre un sabio genuino y un predicador
radica en la jovialidad: cuando el sabio ríe, la risa le sale de la panza;
cuando se ríe el predicador (raras veces) la risa le sale de la mejilla
equivocada.
Francisco está muy alejado de pretender una conseja moral,
porque está convencido de que la mejor confrontación moral ocurre cuando se
coloca un espejo con marco frente al lector. Sin embargo, han sido frecuentes las veces que se le ha echado de menos una perspectiva más incluyente en el tema amoroso y social, En la Cobija de Ares no hay un fondo de reflexión sobre el machismo y muchos de los estereotipos funcionan como temas en el libro.
Francisco Trejo |
Sabemos que toda obra se construye de manera progresiva, y la honestidad siempre da frutos que permiten el crecimiento del poeta y de la obra. Francisco Trejo no ignora este pensamiento, al contrario, es muy consciente de que la poesía es un ejercicio de autocrítica constante.Sin lugar a dudas, tendremos en el futuro una poesía de mucho mejor factura como garantía de este poeta, que ya está inscrito en las filas de los autores más interesantes y genuinos de nuestra generación.
Selección:
El mito de la fidelidad
Odiseo, Penélope te es fiel:
Cuando la penetra Antínoo
irrumpes su memoria.
El mito de la fidelidad
Odiseo, Penélope te es fiel:
Cuando la penetra Antínoo
irrumpes su memoria.
Mundos paralelos
Odiseo, mientras creas un plan
para embestir a Polifemo
con tu lanza belicosa,
Antínoo celebra tu ausencia
lacerando a Penélope
con la rigidez de la tuya.
El manto
Nadie advierte la verdad, Penélope:
tejiste el manto para cubrir
las piernas de Antínoo
después de libar su fruta varonil
y declararlo dueño
..............del trono abandonado
La fama del amante
Paris,
después de perforar
el cuerpo de Aquiles
y evidenciar
la fuerza de tu arco,
ya no secuestras
mujeres casadas:
ellas, por voluntad,
llegan a tu lecho
para que introduzcas
tu flecha amatoria
....en sus tórridos carcajes.
Paris,
después de perforar
el cuerpo de Aquiles
y evidenciar
la fuerza de tu arco,
ya no secuestras
mujeres casadas:
ellas, por voluntad,
llegan a tu lecho
para que introduzcas
tu flecha amatoria
....en sus tórridos carcajes.
El Viagra vs. la guerra
Menelao,
lamento que en tu época
no existiera la pastilla azul
-garantía de esposas fieles-;
conociéndola,
no hubieras perdido el tiempo
encima de tu caballo
tratando de matar a Paris
-lo hubieras pasado
.............montando a Helena-.
Tóxico
Amarte, Alejandra,
es caminar voluntariamente
hacia la pira de fuego
como Heracles lo hizo
para evitar el dolor
de su piel envenenada.
Mi veneno
es la existencia de tu esposo
y me arde hasta la médula
saber que me sueñas
...... recostada a su lado.
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